Cuando alguien va a la tienda de barrio de don Luis a comprarle el caldo de gallina de siempre, le hace “la seña” sin pronunciar palabra, simplemente, dobla y agita los codos como si fuera una gallina, entonces, don Luis entiende y sin preguntar le saca lo que quiere.
Llegar a ese nivel de entendimiento requiere de tiempo, es como una relación ideal, porque el proveedor sabe exactamente lo que necesita el cliente, quien no tendrá que esforzarse mucho para expresar su necesidad.
Eso mismo pasa en el mundo de las apps. Por ello, la idea de caracterizar las aplicaciones ayuda a dar claridad de distintos tipos de soluciones que pueden suplir necesidades actuales, lo que se traduce en información pertinente tanto para los clientes como para don Luis, favoreciendo a que ambas partes puedan hablar un mismo lenguaje y entenderse más rápido.
Conoce porqué las apps son claves para tu negocio
Cuando una persona escucha hablar sobre app, piensa en una aplicación móvil; pero realmente no es solo eso porque app abrevia application en inglés (aplicación en español), que es una palabra que vive en un contexto muchísimo más amplio.
En el mundo del software, la palabra aplicación se refiere a un programa preparado para una utilización específica (1*); entendiendo “programa” como una secuencia de instrucciones en forma de código que algún sistema es capaz de interpretar. Es un significado grande porque hoy hay muchos medios tecnológicos que tienen la capacidad de interpretar programas que realicen una función específica.
Hay muchos tipos de aplicaciones que están relacionadas directamente con los tipos de sistemas informáticos que las pueden interpretar.
En Pragma estamos más acostumbrados a diseñar y desarrollar aplicaciones web y móviles. Ambas están compuestas por funcionalidades que pueden ser de dos tipos: las que el usuario ve o con las que interactúa visualmente, y las que no ve o no son tan evidentes. El desarrollo front-end se encarga de solucionar la primera y el back-end la segunda, y aunque se abordan desde diferentes herramientas y lenguajes, hacen parte de una sola solución que va a suplir las necesidades de muchas personas.
A veces parece como si hubieran varios tipos de apps que suplen la misma necesidad, y para despistar aún más, últimamente han salido evoluciones tecnológicas que hacen que unas se vean como otras. Aún así, todas tienen unas particularidades que se reflejan en diferencias puntuales para los desarrolladores y para los usuarios; con lo que existen ventajas y desventajas en usar una o la otra, teniendo en cuenta la necesidad a abarcar.
Para saber más de este mundo de las app, lee ¿Qué son aplicaciones web progresivas?
Las Progressive Web Apps (PWA) por ejemplo, son apps web responsive que son instalables y quedan disponibles para el usuario en su pantalla de inicio, ofrecen experiencia de usuario inmersiva en pantalla completa para computadores y móviles y permiten notificaciones push (como las de whatsapp, cuando llega un mensaje nuevo), tal y como una app móvil o de escritorio (2*).
Con esto, las PWA brindan muchas ventajas y mejoran la experiencia de usuario, superior a lo que una web normal podría, pero de todos modos, siguen siendo apps web. Así, cuando se quiera acceder a los recursos de hardware de un dispositivo como a una cámara para hacer reconocimiento facial, no va a ser tan eficiente hacerlo como cuando se hace al desarrollar una app móvil nativa.
A la hora de analizar una necesidad puntual, es mejor enamorarse del problema y no de la solución. Con la mente abierta al abanico de posibilidades tecnológicas que hoy existen, se puede llegar a ejecutar una solución más acertada y efectiva, con lo que considero que es pertinente e importante entender el mundo que nos rodea, antes de tomar alguna decisión apresurada.
Si quiere saber más de las apps, lee Las apps, una herramienta clave de negocio
Cuando don Luis, el de la tienda, ve a una persona hacer señas similares a las del cliente que ya conoce, puede llegar a entender más rápido lo que necesita, y trata de comprender cada vez mejor a sus nuevos clientes, basado en patrones del lenguaje corporal, escrito o hablado.
Además, él debe conocer muy bien toda su tienda, mucho mejor que sus clientes, para poder guiarlos y ayudarles a identificar lo que verdaderamente necesitan. Por eso, en Pragma apuntamos a ser cada vez mejores, a ser “don Luis”.
Referencias
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