Con el cambio del entorno, las pequeñas, medianas y grandes empresas se han visto en la necesidad de simplificar sus procesos en pro de dar soluciones a las necesidades de sus clientes finales. Es por ello que la tecnología e infraestructura en la que se apoya toda la lógica de negocio no debe quedar atrás.
Al tener aplicaciones que pueden estar encapsuladas en un enfoque tradicional y monolítico (en el que la aplicación se desarrolla como una única unidad que no necesitará de ningún componente externo para funcionar) se debe pensar en migrar a una infraestructura en donde cada uno de los elementos o partes de la lógica del negocio que lo componen se convierta en un microservicio, cumpliendo así las mismas funcionalidades o tareas para hacer más fácil su mantenimiento y escalabilidad de forma simple, efectiva y rápida.
La arquitectura de microservicios consiste en componentes distribuidos en nuestros sistemas en donde cada componente va a exponer una funcionalidad al resto del sistema, los cuales pueden ir evolucionando independientemente sin interrumpirse entre ellos. Así los microservicios pueden ser desarrollados en diferentes lenguajes de programación e incluso con distintas bases de datos.
La arquitectura en microservicios es utilizada en mayor medida para aquellas soluciones robustas en donde se tiene alta complejidad por lo que se espera que su infraestructura de IT sea más adaptable y flexible permitiendo que si se quiere modificar solamente un servicio, no es necesario alterar el resto de la infraestructura volviéndose menos complejo su mantenimiento.
Como se explica en el libro Workbook EG del Module 3: Design & Architecture with SOA, Services & Microservices: “los microservicios son capacidades que contienen lógica no agnóstica y que a menudo su alcance funcional es delimitado, por lo que no está diseñado para su reutilización (fuera de la posible reutilización dentro de la solución)”. El servicio por su parte, tiene el propósito de ser altamente reusable, ya que son diseñados para que cualquier aplicación pueda consumirla en cualquier momento.
Por eso al implementar una arquitectura de microservicios dentro de una solución, que como citamos anteriormente puede ser compleja o no, debemos tener muy claro si ésta nos servirá para poder ampliarla teniendo en cuenta los requisitos de rendimiento sobre la reutilización o si lo que necesitamos es tener servicios que puedan ser consumidos por diferentes aplicaciones y en diferentes momentos.
En conclusión, tanto los servicios como los microservicios dan solución a diferentes problemas y ocupaciones que enfrentan las empresas hoy en día. Se debe tener claridad de cuán importante es tener una infraestructura que permita ampliar el panorama y que sea flexible al momento de incorporar nuevas tecnologías tanto de hardware como de software. Para tener éxito en su implementación es importante que no se pierdan de vista temas básicos como los principios de diseño en los que se soportan los servicios SOA y microservicios (con sus excepciones).
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