En la actualidad escuchamos y leemos sobre Agilismo, Lean, Kanban, Design Thinking, Managment 3.0, coaching, entre otros. Estamos llenos de información que a veces no sabemos distinguir cuáles son metodologías, métodos, herramientas, prácticas, principios y valores.
Todo se nos mezcla y eso no es malo, puesto que al final, todo tiene que ver con todo, lo importante es tomar lo que necesitamos en el momento que lo necesitemos, sin importar si nos equivocamos, porque en cada equivocación estamos aprendiendo.
La clave es no quedarnos quietos, sino estudiar, practicar, aprender, volver a estudiar, volver a practicar y seguir aprendiendo. Cada momento, cada proyecto, cada equipo es diferente. Trabajamos en entornos entornos VUCA (Volatile/Uncertain/Complex/Ambiguos) por lo que no hay una receta única y mágica, sino que la clave es responder al cambio y no seguir un plan.
Lo que sí tenemos son conexiones entre esas metodologías, herramientas, métodos, prácticas, principios y valores que debemos potencializar, y es por esto que hoy, quiero, desde mi punto de vista, conectar el Modelo Lean con el Manifiesto ágil.
El modelo Lean se basa en la eliminación de desperdicios y la entrega de valor, teniendo en cuenta que el valor de un producto o servicio depende de cada cliente y de cómo éste lo va a usar. Se trata de satisfacer las necesidades del cliente en el momento y con el costo adecuado: Entregar lo justo, en el momento justo y con el precio justo. Desde este punto, podemos observar una gran conexión con el primer principio del manifiesto ágil: “Nuestra mayor prioridad es satisfacer al cliente mediante la entrega temprana y continua de valor”.
Dentro del mundo del desarrollo de software, para el modelo Lean no hay un manifiesto que contenga unos principios definidos como sí existe para el desarrollo ágil de software, sin embargo, en lo que he estudiado el modelo lean, son tres los pilares en los que se basa este modelo:
Cualquier cosa que no genere valor para el cliente es un desperdicio. Algunos ejemplos, en el desarrollo de software de desperdicio, tomadas del libro "Lean Software Development - An agile toolkit" escrito por Jim Highsmith and Ken Schwaber son:
Cuando validamos estos dos principios del manifiesto ágil: “Entregamos software funcional frecuentemente, entre dos semanas y dos meses” y “El software funcionando es la medida principal de progreso.” nos damos cuenta que al enfocarnos en hacer y entregar lo que se va a utilizar a corto plazo estamos reduciendo este tipo de desperdicio.
“Los procesos Ágiles promueven el desarrollo sostenible. Los promotores, desarrolladores y usuarios debemos ser capaces de mantener un ritmo constante de forma indefinida”. Este principio del Manifiesto ágil nos habla de la generación de un proceso por el cual el valor que se le va a entregar al cliente fluya sin interrupciones, asegurando que cada etapa del proceso tenga los recursos disponibles y la capacidad de cumplir su propio proceso, principio vital del Modelo Lean.
Así mismo, si contamos con un equipo interdisciplinario, auto-organizado y le damos los recursos y la confianza necesaria para que realicen su trabajo, estamos generando indudablemente ese flujo de valor tal cual como lo expresa el siguiente principio: “Los proyectos se desarrollan en torno a individuos motivados. Hay que darles el entorno y el apoyo que necesitan, y confiarles la ejecución del trabajo.”
Los principales enemigos del flujo de valor en el mundo del desarrollo de software son:
Si seguimos estos dos principios que menciono a continuación, se reducirán este tipo de desperdicios: “Los responsables del negocio y los desarrolladores trabajamos juntos de forma cotidiana durante todo el proyecto” y “Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños emergen de equipos auto-organizados”.
Cuando una persona cambia de tarea, se genera un tiempo que se requiere para que la persona se conecte con la nueva tarea, por lo que se convierte en una gran fuente de desperdicio. Esto ocurre cuando tenemos personas asignadas a más de un proyecto, quebrando así varios de los principios del manifiesto ágil.
Esta práctica está en contra de promover el ritmo constante y sostenible del proyecto generando molestias y desmotivación dentro del equipo de trabajo.
El Modelo Lean es un un modelo de mejora continua, que como hemos visto, se basa en la búsqueda y eliminación de desperdicio, tantas veces como sea necesario, buscando la perfección. Esta búsqueda de la perfección se relaciona con el último principio del manifiesto ágil: ”A intervalos regulares, el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo, para a continuación ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia.”
Los principios son esas grandes premisas en las que se basa algún modelo. Son aquellas guías o faros que debemos seguir, por eso, cada uno de los 12 principios del Manifiesto ágil, son igual de importantes y entenderlos bajo el modelo lean los hace aún más poderosos.
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