El Mínimo Producto Viable es un concepto muy conocido en el mundo del agilismo y del emprendimiento. El MPV es una de las metodologías más conocidas en el mundo digital para el desarrollo de nuevos productos.
El poder definir un MPV puede ser la clave del éxito para una empresa que desea probar un producto que supla una necesidad de sus clientes, ahorrando recursos y recibiendo una valiosa retroalimentación sobre la viabilidad o no del mismo en el mercado.
El concepto de Mínimo Producto Viable surge del libro Lean Startup de Eric Ries, donde se plantea una hipótesis de negocio donde las empresas lanzan un producto y esperan que éste tenga éxito y les dé las ganancias que esperaban. Sin embargo, esto no es así ya que muchas empresas, en especial los emprendimientos, quiebran en los primeros meses o años.
Por ello, Ries propone que se debe utilizar un Mínimo Producto Viable que responda a una hipótesis de valor: ¿El producto o servicio realmente entregará el valor esperado a los consumidores una vez lo usen?
El MPV será entonces la versión de un nuevo producto que, con el menor esfuerzo y uso de recursos, permitirá al equipo recolectar la mayor cantidad de aprendizaje validado de los consumidores.
En este caso se le da más valor al aprendizaje que a la ganancia económica, ya que se desea conocer si el consumidor realmente encuentra valor en el producto, si lo desea usar y si suple la necesidad inicial que tenía.
Una de las funciones más importantes del MPV es el ahorro de recursos, ya que la inversión es menor a si se estuviera sacando el producto completo.
Pero el mayor valor del MPV es que permite tener una curva constante de aprendizaje sobre los usuarios y sus necesidades y seguir agregando valor al producto con cada actualización.
Es muy importante entender que en el desarrollo del MPV se debe tener en cuenta la funcionalidad, la fiabilidad, la usabilidad y el diseño; y no solo la funcionalidad y de esta manera poder validar la hipótesis de negocio.
El Mínimo Producto Viable también sirve para:
Este proceso puede variar acorde a cada producto. Pero básicamente se pueden implementar los siguientes pasos:
Se debe determinar la necesidad del producto, por qué el público lo necesita, qué solución ofrece y cómo se utilizará, antes de lanzarlo al mercado.
Para que un producto o servicio sea viable tiene que tener una interacción real con el mercado, es decir, si existe un grupo de personas que verdaderamente vayan a utilizar el producto.
En este punto es importante determinar la audiencia con la que se hará la prueba del MPV, los cuales deben estar dentro del público objetivo de la empresa. Se recomienda utilizar early adopters o grupos foco que estén dispuestos a pagar y prueben la funcionalidad mínima del producto.
Así mismo determinar el tiempo y las métricas que se tomarán en cuenta para poder medir la efectividad. Dichas métricas deben ser medibles pero sobretodo accionables. Además, se recomienda realizar pruebas para determinar la funcionalidad de ciertas características.
La recopilación de los comentarios y la interpretación de los datos es uno de los puntos claves para determinar la viabilidad del producto y permite crear una nueva iteración.
La empresa debe determinar el feedback que es valioso y tener en cuenta que aquel que le permita generar más rentabilidad.
Una vez analizada la información recopilada se determinan las modificaciones que se deben hacer al producto. Lo que se está haciendo bien se debe potencializar y lo que no está funcionando debe cambiarse implementando nuevas hipótesis de valor.
Determinar adecuadamente el Mínimo Producto Viable de un proyecto ayuda a los equipos a hallar un problema y una posible solución acorde a lo que requieren los usuarios en el mercado, para así entregar productos de valor y una buena experiencia de usuario.
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