El Open Banking es un concepto que cada vez cobra más fuerza en el sector bancario en medio de la transformación digital, pero que no es tan conocido por los clientes pese a que nos vemos beneficiados diariamente de estos servicios financieros. Para comprender mejor de qué se trata expondré el siguiente ejemplo:
Andrés abre una cuenta en un banco, en medio de todo el trámite la entidad financiera le pide firmar un documento de tratamiento de su información personal. En la medida que Andrés hace uso de su nueva tarjeta, el banco recopila información sobre sus gustos y tendencias de compra, por ejemplo si siempre usa su tarjeta para comprar tiquetes o entradas a parques de diversiones.
Con el consentimiento entregado por Andrés, el banco puede hacer uso de sus datos y abrirlos a terceros a través de una interfaz de programación de aplicaciones (API por sus siglas en inglés) que hacen las veces de puente entre empresas para que viaje la información; y de esta manera una nueva entidad o el mismo banco puede ofrecerle a Andrés una app donde pueda ver las últimas promociones de tiquetes o un servicio de entrada automática a diferentes parques a través de un código QR.
Las API’s permiten establecer las conexiones necesarias entre aplicaciones o servicios, por ello es importante conocer qué es una API y cómo beneficia a tu negocio.
En la Guía Básica sobre Open Banking se explica que este concepto se refiere a la apertura de la información de los usuarios a otras entidades que puedan ofrecer a los clientes servicios adicionales útiles como nuevas aplicaciones, agilizar los procesos de préstamos y financiación, acceso a productos y servicios de innovación abierta o herramientas para que el cliente tenga su información financiera consolidada.
En 2015 se crea el grupo de trabajo Open Banking Working Group (OBWG) a petición del ministerio de Hacienda de Reino Unido, con la intención de crear una hoja de ruta (Open Banking Standard) sobre cómo compartir los datos financieros con el objetivo de mejorar las transacciones financieras, brindar servicios más personalizados y crear un ecosistema financiero abierto y competitivo.
A partir de entonces se crearon cientos de proveedores que brindaban el servicio para las entidades bancarias británicas, siendo uno de los países pioneros y con mayor desarrollo de este nuevo modelo. Diversos países del mundo han adoptado el concepto de Open Banking e incluso adaptado las leyes de manejo de información acorde a sus contextos.
El Open Banking ubica al sector financiero a la vanguardia de las demandas actuales, permitiéndoles dar un paso hacia la modernización y poniendo al cliente en el centro, lo que trae diversas ventajas:
Para lograr estos resultados las entidades financieras pueden hacer uso de herramientas como la Inteligencia Artificial, Machine Learning y los microservicios para el manejo y correcto análisis de los datos de sus usuarios.
Sin embargo, la implementación del Open Banking también supone un desafío para las entidades bancarias en cuanto al manejo de la información de sus usuarios, el límite de los datos facilitados a terceros y la exposición a ataques cibernéticos; por lo que el desarrollo de software y APIs con estructuras adecuadas debe ser la prenda de garantía de cara a los usuarios. Además, en este proceso las entidades que ‘hablan entre sí’ establecen contratos de confianza para no exponer información a otros agentes.
Como vemos el Open Banking abre múltiples posibilidades para el desarrollo del sector financiero, lo que hace un llamado a una verdadera innovación de los servicios ofrecidos que puedan traer beneficios tanto a los bancos como a los clientes.
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