Finanzas abiertas en Guatemala: la oportunidad de liderar desde la banca
Recibir una oferta de crédito desde una app de delivery, realizar un pago sin pasar por la web del banco o compartir datos al usar una nueva aplicación. ¿Te suenan? Son actividades diarias del guatemalteco que se enmarcan en el término de ‘finanzas abiertas’. Y aunque en Guatemala la tendencia continúa ganando fuerza, vale la pena mencionar que esta no cuenta con una estrategia articulada detrás.
El riesgo de no actuar a tiempo ante este escenario es claro: ceder el activo más valioso en la era digital, que es la relación directa con las personas. Mientras nuevos jugadores ya capturan datos y valor en estos espacios, el sistema financiero tradicional tiene la oportunidad de asumir el liderazgo y acceder a más y mejores oportunidades de potenciar su relación con sus usuarios.
¿Cómo? Estructurando modelos más transparentes, cercanos y alineados con la vida de un usuario que ya es digital y que encuentra en las finanzas abiertas de Guatemala un escenario potencial.
¿De dónde nacen las finanzas abiertas y cómo va su evolución en Guatemala?
Las finanzas abiertas o embebidas nacen de un cambio de comportamiento propio en los usuarios y clientes contemporáneos. Hoy, las personas están más conectadas, son más exigentes y se sienten cómodas usando canales digitales para resolver sus necesidades, incluyendo las bancarias.
En otras economías, esto ha sido el motor para impulsar modelos de banca abierta y ecosistemas colaborativos alineados con las estrictas reglamentaciones, lo que ha dado espacio a un sector financiero más rentable, sofisticado, sostenible y alineado con las necesidades verdaderas del cliente moderno.
En Guatemala, el movimiento de las finanzas abiertas plantea una oportunidad para definir un enfoque propio, uno que responda a su realidad social y económica.
Puede significar, a mediano plazo, la oportunidad ideal para que el sector de la banca construya un ecosistema de finanzas abiertas que genere ventajas competitivas sostenibles, un vínculo mucho más profundo con los clientes y que aporte valor al desarrollo nacional del país.
El desafío guatemalteco: desconfianza y brechas digitales
Es cierto que el camino tiene sus propios retos. El avance de las finanzas abiertas en el país es más pausado, marcado por obstáculos como una bancarización aún en desarrollo, un uso desigual de las plataformas y una desconfianza histórica hacia el sistema financiero.
Sin embargo, este escenario no es una condena. Por el contrario, es el punto de partida para construir algo diferente: una relación entre las personas y sus bancos basada en la confianza, el respeto por la confidencialidad de la información y la promesa de que acceder al sistema financiero no tiene por qué ser un sinónimo de riesgo o frustración.
Entonces, ¿Cuál es el rol de las finanzas abiertas en el mercado guatemalteco?
Muchas de las interacciones digitales que ocurren hoy en Guatemala ya involucran el uso de datos personales, pero su potencial no se está aprovechando de forma estructurada, trazable y con un propósito claro.
Aquí es donde las finanzas abiertas en Guatemala dejan de ser un concepto técnico y se convierten en una herramienta estratégica. Impulsar modelos de apertura responsable, de la mano de un socio tecnológico como Pragma, permite darle al usuario mayor control y transparencia.
Al mismo tiempo, genera ventajas concretas para el banco, tales como:
La innovación, cuando se impulsa con visión, permite al banco no solo adaptarse, sino liderar el cambio.
Confianza: el activo más valioso de la banca moderna
En un entorno donde cualquiera puede ofrecer un servicio financiero, los bancos de Guatemala tienen una ventaja estratégica que nadie más posee: la posibilidad de ser el actor de mayor cercanía y legitimidad.
No se trata solo de facilitar nuevas transacciones, sino de garantizar que la información de los clientes se maneje con ética, claridad y responsabilidad.
Esa confianza se construye con acciones concretas:
- Políticas claras y transparentes sobre el manejo de datos.
- Mecanismos de consentimiento informado que el usuario entienda y controle.
- Iniciativas de educación financiera que empoderen a las personas.
- Alianzas responsables dentro del ecosistema digital.
Este enfoque no solo responde a las expectativas del cliente actual, sino que posiciona al banco como un verdadero aliado en la vida de las personas.
"Lo que no se ve, ya nos está afectando. Y lo que no se entienda, generará resistencia. La confianza será el activo más valioso de la banca moderna en Guatemala".
Al final, el banco que gane no será el que ofrezca más funcionalidades, sino el que construya relaciones más sólidas. La banca guatemalteca tiene ante sí la oportunidad de avanzar hacia un modelo financiero más inclusivo y cercano. Con voluntad, transparencia y un enfoque local, puede no solo adaptarse al futuro de las finanzas, sino darle su propio sello, mejorando la vida de la gente y consolidándose como un referente en la región.
¿Te perderás la oportunidad de liderar el cambio hacia las finanzas abiertas en Guatemala junto a Pragma?
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