por Luz Nelly Guio, el 14 de julio de 2021
La historia de una Pragmática que decidió marcar el ritmo de su carrera y abrirse camino dentro de Pragma con un rol completamente nuevo para ella.
Mucho se ha dicho que desde que llegó la pandemia la vida nos cambió a todos. En Pragma nos enfrentamos a dejar la oficina y con ello tuvimos que tomar muchas decisiones, una de ellas: finalizar contrato con las personas que trabajaban en el área de oficios varios de nuestras sedes.
Algo muy difícil. Después de 10 años desempeñándose en el área de oficios varios, Luz fue piloto de su destino y tomó la determinación de marcar el ritmo de su carrera y transformarse para continuar trabajando con nosotros.
El día que Lina (vicepresidenta administrativa y financiera) me llamó yo le pregunté por la posibilidad de hacer mensajería, porque cuando inicié en Pragma hacía aseo y también las vueltas de la oficina. Ella me dijo que le gustaba mucho la idea y que hubiera tomado esa decisión".
Y eso es precisamente en lo que nos concentramos los Pragmáticos: mercar el ritmo de nuestra carrera. En tomar las riendas de nuestra vida a partir de decisiones que nos permitan estar en donde queramos.
Estoy haciendo mensajería ya hace un año. Antes de la pandemia no me imaginaba volver a hacerlo porque Pragma había crecido mucho y ya habían contratado a una empresa para que hiciera todos esos trabajos. Ahora estoy feliz, he tenido que aprender cosas nuevas, montarme en una bicicleta e ir a buscar direcciones en Bogotá que cada día es más grande. Es un reto. Me toca recorrer distancias grandísimas".
Todo se presentó en un momento de incertidumbre, cuando no teníamos certeza de qué estaba pasando en el mundo con la pandemia ni cuánto iba a durar. Pero fueron esos sentimientos los que la llevaron a tomar una decisión.
Sentí temor cuando llegó la pandemia y vi que cerrarían la oficina, podía quedarme sin trabajo. Pensaba: "¿ahora qué voy a hacer?" Por la pandemia y por mi edad era uy difícil que otra empresa me fuera a contratar. También sentí tristeza por dejar de ver a los muchachos, yo disfrutaba mucho de consentirlos, llevarles un tinto... me dio tristeza su ausencia. Ellos me preguntaban mucho qué iba a hacer en ese momento, muchos tenían preocupación por mi.
Yo sueño que en los próximos años volvamos a abrir nuestra sede de Pragma y que nuevamente pueda consentir a los chicos, dándoles el mejor tinto y queriéndolos más".
Sin duda alguna una historia con un mensaje muy valioso: valorar lo que tenemos.
Yo me siento muy agradecida con Pragma porque me dieron la oportunidad de seguir trabajando con una responsabilidad muy grande porque he tenido que llevar equipos y cosas valiosas.
Mi invitación es a que valoremos un poquito lo que tenemos, hoy estamos aquí y mañana no se sabe. Valoremos las amistades, el compañerismo, Pragma no es Pragma sin las personas que la conformamos".
